¿Somos libres cuando decidimos? ¿Qué margen tiene el libre albedrío ahora que la neurociencia desvela cada vez más el gran poder del inconsciente? Ya hay máquinas para ver cómo decide el cerebro y los primeros resultados muestran que, antes de entrar en la conciencia, muchas decisiones ya están tomadas por complejas redes cerebrales.
Desde Berlín, John-Dylan Haynes nos habla hoy en Redes de sus experimentos para descifrar la actividad cerebral que se esconde detrás de nuestros estados mentales.
En el futuro se podrán predecir el comportamiento y la experiencia de una persona
a partir de su actividad cerebral.
John Dylan Haynes
Algunas cosas que aprenderás en este vídeo:
John Dylan Haynes:
"La decisión se puede dividir en dos. Hay dos aspectos que forman una decisión. Por un lado,
el proceso cerebral: algo que ocurre en el cerebro y que te lleva a elegir una cosa u otra y, por
el otro, que conscientemente sabes qué quieres hacer: “Ahora tomo una decisión”. Pero parece
que, antes de eso, se produce un procesamiento inconsciente en el cerebro. En el cerebro
sucede algo que prepara tu decisión, que te conduce hasta ella e influye en la manera en la que
tu mente consciente elige".
...
"Puedes ver cómo la fuerza limitada de la consciencia se hará evidente en estas situaciones en
las que debemos vencer fuertes tendencias a hacer algo distinto. Por ejemplo, cuando estamos
tumbados en la cama. Estamos en la cama y vemos que necesitamos una fuerte voluntad
consciente para levantarnos por la mañana. O, por ejemplo, queremos resistir la tentación de
comer algo porque tenemos sobrepeso. O creemos que deberíamos hacer más deporte. En
cualquiera de estos casos, es como si la consciencia no tenga apenas fuerza contra estos
impulsos inconscientes que tenemos de comer, de ser perezosos, de quedarnos en la cama,
etcétera. Y esa es una manera sencilla de ver cuántas decisiones son tomadas por la actividad
cerebral inconsciente".
...
Las decisiones y la publicidad vistas desde la neurociencia:
8 de cada 10 productos fracasan antes de los tres meses de vida en el mercado. ¿Por qué? Porque no sabemos por qué compramos, y por ende, aunque se hagan estudios sobre las razones por las qué compramos "Pepsi o Cocacola", no sabemos realmente por qué nos decidimos por un producto u otro. Es más, nosotros mismos no somos conscientes que no sabemos por qué consumimos un determinado producto.
Las imágenes de tipo sexual y poder en la publicidad, nos incitan a gastar más dinero, porque son vistas por el cerebro como un medio para trepar en la cadena social y aumentar nuestro atractivo sexual. Esta es la razon de por qué funcionan tan bien. Sin embargo, a veces consumimos un producto X en lugar de otro, así no nos sea atractivo sensorialmente, sino porque este nos conecta de alguna forma con recuerdos positivos por asociaciones pasadas, o porque nos hacen sentir pertenecientes a un clan o a un grupo: algunos productos despiertan cierta actividad cerebral en las mismas zonas del cerebro en donde se activan las reacciones a las imágenes religiosas, símbolos que a algunas personas les hace sentir como parte de una comunidad religiosa.
Algunos productos incluso incitan una activación en zonas cerebrales relacionadas con la identidad, a partir de esto, a nivel cerebral, es como si "sintiéramos" la marca de Microsoft o Apple como parte de nosotros, de lo que nos integra.
¿Sabes que es una resonancia magnética? Descúbrelo aquí.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
¿Qué ideas tienes en mente? ¡Comparte tus opiniones con un comentario!